La oración que Jesús nos enseñó: “Padrenuestro”
- Ambientación:
Si hay posibilidad, sería una ocasión muy buena para exponer el Santísimo (*si no, ante el Sagrario), y tener este momento de oración ante Jesús y con Él. Fijar nuestra mirada y todos nuestros sentidos en su Presencia Viva y real entre nosotros[i]. Queremos estar con Él, adorarle. Como sus primeros discípulos, queremos sentarnos junto a Él, siempre como ‘aprendices’, mirarle, seguirle, dialogar con Él, preguntarle, pedirle y, sobre todo, escucharle. Queremos, con Él y como Él, aprender a decir: ‘Padre’.
Podemos acompañarnos de la Biblia…, y poco más. Buscamos ‘estar Con’, propiciar el Encuentro con el Señor que nos ama y nos llama. Abrir el corazón.
- Motivación:
Tras el recorrido orante que mes tras mes se ha ofrecido en preparación al Jubileo de la Esperanza, ya próximo, resulta oportuno y muy hermoso enfocar este último momento de oración, no como una conclusión, sino como una invitación a vivir desde esta dimensión orante que fecunda y da plenitud a nuestras vidas.
- Exposición del Santísimo: acompañada con un canto eucarístico apropiado, y según costumbre de cada lugar.
Tras un breve silencio, ya acomodados, podemos escuchar el canto de Ain Karem: JESÚS
Tú eres Palabra de Vida
¡Jesús Maestro!
Tú eres Salud y esperanza
¡Jesús Sanador!
Tú quien deshaces Nuestras ataduras
¡Jesús Liberador!
Fuente de Agua Viva, Mesa de paz
¡Jesús, Nuestro Señor!
Ante tu nombre, Jesús,
nuestras rodillas se doblan.
Solo en tu nombre caminaremos
y anunciaremos el reino de Dios.
Jesús, Buen Jesús
Nuestro Señor, Jesús.
Tú eres Luz y camino
¡Jesús Maestro!
Tú eres perdón y refugio
¡Jesús Sanador!
Tú quien despierta nuestros oídos
¡Jesús Liberador!
Fuego en las entrañas, Amor verdadero
¡Jesús, Nuestro Señor!
Ante tu nombre, Jesús,
nuestras rodillas se doblan.
Solo en tu nombre caminaremos
y anunciaremos el reino de Dios.
Jesús, Buen Jesús
Nuestro Señor, Jesús.
Tú eres nuestro sentido
¡Jesús Maestro!
Bálsamo y consuelo en nuestras heridas
¡Jesús Sanador!
Tú quien nos hermanas,
colgado en un madero
¡Jesús Liberador!
Pobre entre los pobres
Dios hecho pequeño
¡Jesús, Nuestro Señor!
Ante tu nombre, Jesús,
nuestras rodillas se doblan.
Solo en tu nombre caminaremos
y anunciaremos el reino de Dios.
Jesús, Buen Jesús,
Nuestro Señor, Jesús.
- Pedimos al Señor la Luz del Espíritu Santo:
Ponemos, Señor, toda nuestra vida en tus manos, así, como somos y como estamos…desnudamente ante Ti, que eres nuestro Padre y nos conoces. Sabemos que estás aquí, y nos amas, Tú, Señor, que eres Amor. Queremos contemplar tu Rostro en Jesús, tu Hijo Amado. Queremos con Él tocar tu Corazón de Padre. Queremos aprender de Él a rezar y a llamarte ‘Padre’. Te pedimos nos des la Luz de tu Espíritu, que nos lleve y nos guíe, y la Fuerza de la Esperanza que necesitamos, mientras caminamos hacia Ti. Amén.
En cada una de las partes dejaremos tiempo de silencio suficiente para la oración y el diálogo personal con el Señor. Podemos presentar la oración del Padrenuestro por partes, o completa, para que cada uno lleve su propio ritmo. No debemos perseguir agotar todas las opciones, que pueden servirnos para otros momentos de oración. Mejor es dejarse llevar, y quedarnos ahí donde más sintamos que somos movidos o interpelados.
- Oramos:
Oh, Palabra del Padre, te escuchamos;
Oh, Padre, mira el Rostro de tu Verbo;
Oh, Espíritu de Amor, ven a nosotros;
Señor, Dios nuestro.
¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!
Haced de nuestras almas vuestro Cielo,
Llevadnos al hogar donde Tú habitas,
Señor, Dios nuestro[ii].
Desde la alegría de sabernos hijas e hijos amados de Dios Padre, Fuente de Agua Viva[iii] , recorremos la oración del Padrenuestro con Jesús.
- Padre Nuestro que estás en el Cielo, Santificado sea tu Nombre
¿Podría quedarme durante todo este momento de oración en esa única palabra: ‘Padre’? ¿Y aprender a pronunciarla en mi interior, sin miedo, con confianza? ¿Me asusta, me impone, o me sabe a hogar?
Dialogo contigo, Jesús. Tu oración siempre va dirigida al Padre. Padre tuyo y Padre nuestro[iv]. Háblanos de Él. ¿Quién es para Ti, Jesús? ¡Enséñame a orar al Padre! ¡Por tu Espíritu de Amor, ven, Jesús Maestro, y ora conmigo y en mí!
-Algunas referencias Bíblicas que nos pueden iluminar:
*Lucas 21, 22 (Alegría de Jesús);
*Juan 17 (Oración sacerdotal);
*Juan 14, 31 (Ha de saber el mundo que amo al Padre);
*Tobías 13, 4 (Él es nuestro Dios y Señor, nuestro Padre por todos los siglos);
*Salmo 102, 13 (como un Padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles);
*Salmo 88, 27 (Tú eres mi Padre, mi Dios, mi Roca salvadora);
*Oseas 11, 4 (Con lazos humanos los atraje, con vínculos de amor…).
Y ser hijos de Dios, ¿qué alcance tiene? ¿qué es santificar y cómo puedo yo glorificar tu Nombre?
-Algunas referencias Bíblicas que nos pueden iluminar:
*1Juan 3, 1-3 (Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!);
*Juan 1, 12-13 (somos hijos de Dios);
*Romanos 8, 14-17 (los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios…);
*Efesios 2, 19 (no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios);
*Juan 12, 28 (Padre, glorifica tu Nombre);
*Juan 13, 31-35 (Glorificación y Mandamiento Nuevo); Deuteronomio 11, 1.
- Venga a nosotros tu Reino
¿Qué es el Reino de Dios si no Tú mismo, Jesús, Camino, Verdad y Vida? Nadie va al Padre sino por Ti[v], ya que sin Ti no podemos hacer nada[vi]. Jesús, Palabra del Padre, enséñame la sencillez y la alegría del Evangelio. Tú que nos amaste hasta el extremo[vii], concédenos experimentar la audacia y la fuerza de tu Amor y trabajar con generosidad por la venida de tu Reino, alentando la Esperanza y la Fe de todos cuantos encontremos en nuestro camino. Enséñanos a asemejarnos a Ti. Que nuestras vidas hablen de Ti y te transparenten, Señor.
-Algunas referencias Bíblicas que nos pueden iluminar:
*Mateo 6, 33 (buscad el Reino de Dios, y todo lo demás se os dará por añadidura);
*Mateo 13, 44-46 (la perla escondida);
*Juan 14, 13-15 (lo que pidáis al Padre en mi Nombre…);
*Juan 15, 7-17 (permaneced en mi Amor);
*Hechos de los Apóstoles 2, 42-47 (Testimonio eclesial);
*Efesios 2, 10 (Somos, pues, obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que de antemano dispuso que practicásemos).
- Hágase tu Voluntad en la tierra como en Cielo
Directamente te miro a Ti, Jesús. Tu vida es pura donación. Libre y alegre, nos dices que tu alimento es hacer la Voluntad del Padre[viii]; que hay más alegría en dar que en recibir[ix], y llamas ‘Dichosos’ a los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen[x].
Sin embargo, experimento que, a veces, me encojo pensando qué perderé entregando mi voluntad. Se me olvida que eres Padre y el Dios del Amor más grande; que deseas lo mejor para tus hijos, a los que quieres libres. Que no quitas nada, sino que nos lo das todo en tu Hijo Jesucristo, en Quien nos das todo lo que queremos[xi]. ¿No será una de esas paradojas evangélicas, y, precisamente en hacer tu voluntad estará mi alegría, mi paz y mi consuelo?
Realmente, ¿creo que eres Amor[xii] y que tu delicia es estar con los hijos de los hombres[xiii]? ¿Qué temer entonces? ¡Nada temo, Señor, porque Tú vas conmigo[xiv]!
Cuando aparecen las sombras, asoma la prueba y la incertidumbre se perfila en el horizonte, no puedo olvidar que Tú, Jesús, estás en todas las cruces que atraviesan al hombre. No estamos solos[xv]. Danos tu mano, Señor.
Dame la Gracia de tu Voluntad, para caminar siempre en tu Verdad[xvi]. Es contigo, y sólo contigo, que puedo y quiero pronunciar el Hágase de cada día. Aquí está mi dicha, y la mejor libertad. La que nos hace mujeres y hombres nuevos, disponibles, misioneros.
Así lo veo también en María, la llena de Gracia. Madre de Dios y Madre nuestra. Dócil al Espíritu, que, confiada, pronuncia su ‘SÍ’, y prorrumpe gozosa en Alabanzas a Dios, que está grande con nosotros y se fija en los humildes[xvii].
-Algunas referencias Bíblicas (y de una santa) que nos pueden iluminar:
* Lucas 1, 26-56 (María);
* Juan 15, 12-17 (Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que Yo os mando…);
* Marcos 14, 36 (¡Abbá! Padre…, no sea lo que yo quiero, sino como Tú quieres);
* Hebreos 5, 7-9 / Filipenses 2, 5-11 (aprendió sufriendo a obedecer);
* Filipenses 4, 13 (Todo lo puedo en Aquel que me conforta);
*2Corintios 12, 9. 10b (Te basta mi Gracia);
*Efesios 1, 3-10 (El tesoro de su Gracia, Sabiduría y Prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su Voluntad);
*Salmo 39 (…Dios mío, lo quiero, y llevo tu Ley en las entrañas);
*Salmo 118 (Amor a la Ley Divina);
*Santa Teresa de Jesús. Camino de Perfección 12, 2 (que quien de verdad comienza a servir al Señor lo menos que le puede ofrecer es la vida. Pues le ha dado su voluntad, ¿qué teme?).
- Danos hoy nuestro Pan de cada día
Es propio del padre dar el pan a los hijos, alimento base de la vida. Alimento necesario y cotidiano de cada día, en el que se nutre simultáneamente el cuerpo y la relación viva con el que nos protege, nos cuida y vela por nosotros.
El Amor que recibo, ¿me despierta a amar? ¿Cuál es mi misión?
El Pan es para compartir. Dios Padre quiere ser imitado en su Bondad constructiva[xviii]. Somos llamados e invitados a una mayor apertura familiar, que nos hace pasar del yo al nosotros, mirando no ya por mis propios intereses, sino por los que sabemos que Tú quieres, Señor.
Deseo corresponder a tu Amor. Salir de mis egoísmos y vivir con gratitud el gozo de la entrega que me abre al bien de mis hermanos. Compartir el pan material, y el Pan de tu Palabra, Pan Vivo bajado del Cielo[xix]. ¡Señor, danos siempre de este Pan[xx]!, que nutre nuestra Fe y nos hace colaboradores tuyos.
-Algunas referencias Bíblicas que nos pueden iluminar:
*Juan 6, 33-35. 37-40 (Yo soy el Pan de Vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás);
*Lucas 9, 13 (Él les contestó: ‘Dadles vosotros de comer’);
*Mateo 13, 33 / Lucas 13, 20-21 (Fermento en la masa nueva);
*1 Corintios 5, 7-8 (desterrad la vieja levadura para ser una masa nueva);
*Juan 6, 5-14 / Mateo 14, 13-21 / Marcos 6, 34-44 (Multiplicación de los panes).
- Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
El Amor recibido ‘exige’ la respuesta de amor a través de los hermanos. El perdón nos llega a través de Ti, Jesús liberador, que nos ‘recreas’, pasando de las tinieblas del pecado y de la muerte, a la Luz de la Vida renovada.
Pero, ¿cómo se levantará a Ti el hombre, engendrado y criado en bajezas, si no le levantas Tú Señor, con la mano que le hiciste? ¿Quién se podrá librar de los modos y términos bajos si no le levantas Tú a Ti en pureza de Amor, Dios mío[xxi]?
Nos concedes llorar nuestros pecados y nos das la gracia de tu perdón, porque no quieres dejarnos caídos[xxii]. Viéndonos todavía lejos, sales a nuestro encuentro conmovido, para acogernos en tu Abrazo y cubrirnos de besos[xxiii]. ¿Cómo no responder a este derroche de tu Amor por nosotros?
Pero, cuando soy yo quien tiene que perdonar, ¿por qué siento a veces tanta resistencia? ¿A quién me cuesta tanto perdonar? ¿Por qué? O esa situación que me violenta y me irrita.
Y ante esas situaciones cruentas e irracionales que superan nuestra capacidad, ¿no es cierto que hay situaciones de perdón increíbles?
Pareciera que nos arrancan la vida, como en verdad así es. El perdón es una experiencia pascual. Descubro que sólo Tú puedes perdonar, que sólo Tú eres perdón[xxiv]. Ahora bien, si yo soy perdonado cada día, rescatado de mis errores, y hecho hombre nuevo por tu perdón y tu Amor, ¿quién soy para negar esta misma posibilidad a los demás?
¿Caigo en la cuenta de que cada vez que perdono, me libero, sano y recupero la paz? ¿Descubro que cada vez que perdono renace la Vida y es Cristo Quien vive y obra en mí[xxv]? ¿Qué soy constructor del Reino? ¿Quiero perdonar?
Lo que sí sé es lo que Tú quieres, Señor, y quieres que también nosotros, como Tú y como el Padre, seamos misericordiosos[xxvi].
-Algunas referencias Bíblicas que nos pueden iluminar:
*Lc 15, 7. 10. Lc 15, 11-32. Lc 15, 20 (parábola del Padre Misericordioso);
*Lucas 7, 36-50 (la mujer pecadora);
*Juan 8, 1-10 (la adúltera);
*Lucas 6, 27-38 (amor a los enemigos);
*Mateo 18, 21-35 (¿Cuántas veces Señor, tengo que perdonar?);
*Efesios 4, 32 (Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo);
*Ef 1, 7-10 (la Salvación por Cristo);
*1 Juan 1, 5-2, 2. 1 Juan 3, 4-10 (la unión con Dios rompe con el pecado);
*Is 43, 25 (cancelo tus crímenes y borro tus pecados).
- No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal
Nos sabemos débiles. Sabemos que mal existe, y somos tentados. Necesitamos la Fuerza de lo Alto para no caer, y nos hace falta recurrir a Ti, Dios nuestro, en la oración.
La tentación, como el mal, están al acecho[xxvii], creando discordia y confusión, y buscando desfigurar Tu Imagen en nuestro corazón. Pretende atemorizarnos, turbarnos, perdernos y robarnos la alegría de sabernos tuyos y para Ti.
Pero Tú no permites que seamos tentados más allá de nuestra capacidad[xxviii], nos levantas de nuestra postración y fortaleces nuestra Fe; expulsas nuestros miedos con tu Amor[xxix], y nos animas en nuestras luchas estando a nuestro lado[xxx]. El mal puede ser superado por una sobreabundancia de Amor. Por ti, Señor, Vencedor de tu muerte y de las nuestras[xxxi]. Es tu Victoria, Cristo Resucitado, en la Noche dichosa de Pascua, la que nos arranca de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, nos restituye a la Gracia y nos agrega a los santos. Nos devuelve la alegría y la inocencia[xxxii]. Nos une a Ti y nos hace Uno Contigo[xxxiii], hijos en el Hijo.
-Algunas referencias Bíblicas que nos pueden iluminar:
*1Pe 5, 9-11 (Resistidle firmes en la Fe);
*Romanos 12, 20-21 (No te dejes vencer por el mal, antes bien, vence al mal a fuerza de bien);
*Romanos 13, 8 (A nadie le debáis nada más que amor);
*1 Corintios 10, 13 (con la prueba viene la Gracia);
*2 Corintios 1, 3-7 (Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios);
*2 corintios 12, 9 (te basta mi Gracia. La fuerza se realiza en la debilidad);
*Efesios 6, 10-18 (la armadura de Dios frente al combate contra el enemigo y las fuerzas del mal);
*Apocalipsis 5, 5 (No llores más, sábete que ha vencido el León de Judá);
*1 Juan 5, 4 (Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe).
Tras la oración personal y silenciosa, podemos tener un momento en el que compartir libremente con el grupo los posibles ecos que nos deja este encuentro con Jesús y su Palabra, y las resonancias al escuchar a los demás. Momento que concluiremos diciendo juntos la oración que Jesús nos enseñó: Padrenuestro
Antes de Reservar el Santísimo, podemos sugerir a los orantes algo sencillo: habituarse a una breve oración al acostarse, tan breve como simplemente decir: ‘Padre’; y lo mismo al levantarse cada mañana, una mirada de gratitud a lo alto, un ponerse en Manos de Dios ante el nuevo día. Lo que el Espíritu mueva a cada uno.
- Oración del Jubileo:
Padre que estás en el cielo,
la fe que nos has donado en
tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano,
y la llama de caridad
infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo,
despierten en nosotros la bienaventurada esperanza
en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme
en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio
que fermenten la humanidad y el cosmos,
en espera confiada
de los cielos nuevos y de la tierra nueva,
cuando vencidas las fuerzas del mal,
se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo
reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza,
el anhelo de los bienes celestiales
y derrame en el mundo entero
la alegría y la paz
de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente,
sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
- Reserva del Santísimo
- Con María, que abraza a su Hijo en cada uno de nosotros, rezamos:
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su misericordia
como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.
[i] Mateo 28, 20: Y sabed que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
[ii] Himno Vísperas Solemnidad de la santísima Trinidad. *Inspirado en la Elevación a la Santísima Trinidad compuesta por Santa Isabel de la Trinidad, Carmelita Descalza.
[iii] Salmo 35, 15: En Ti está la Fuente Viva, y tu Luz nos hace ver la Luz.
[iv] Juan 20, 17.
[v] Juan 14, 6.
[vi] Juan 15, 5.
[vii] Juan 13, 1.
[viii] Juan 4, 34.
[ix] Hechos de los Apóstoles 20, 35.
[x] Lucas 11, 28.
[xi] San Juan de la Cruz: Oración del alma enamorada.
[xii] 1Juan 4, 10. 16.
[xiii] Proverbios 8, 31.
[xiv] Salmo 22, 4.
[xv] Hebreos 2, 18: Como Él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella.
[xvi] Salmo 118, 29-30.
[xvii] Lucas 1, 46-50.
[xviii] Lucas 15, 31: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo’.
[xix] Juan 6, 32-33.
[xx] Juan 6, 34.
[xxi] San Juan de la Cruz. Oración del alma enamorada. Dichos de Luz y Amor, 26.
[xxii] Sabiduría 11, 23-24 / 12, 2. 19: Te compadeces de todos, porque todo lo puedes y pasas por alto los pecados de los hombres para que se arrepientan. Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que hiciste…, y diste a tus hijos una buena esperanza, pues concedes el arrepentimiento a los pecadores.
[xxiii] Lucas 15, 20.
[xxiv] Lucas 5, 21-24.
[xxv] Gálatas 2, 20.
[xxvi] Lucas 6, 36-37.
[xxvii] 1 Pedro 5, 8: Sed sobrios, estad alerta. Que vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar.
[xxviii] 1 Corintios 10, 13.
[xxix] 1 Juan 4, 18.
[xxx] Juan 16, 33.
[xxxi] Salmo 34, 3: Señor, di a mi alma: ‘Yo soy tu Victoria’.
[xxxii] EXULTET PASCUAL.
[xxxiii] Juan 17, 21.